Respeto en el coaching
Principios básicos y actitudes del Coaching Dialógico
El respeto es reconocer y tratar a cada realidad conforme a su propio ser, a su dignidad intrínseca. Respetar a alguien significa reconocer y afirmar su valor. Es, por tanto, la realidad, con sus cualidades propias, la que nos marca los criterios sobre la forma adecuada, respetuosa, de relacionarnos con ella. Solo así nuestra respuesta puede resultar creativa y evita el convertirse en irrespetuosa o pura imposición.
Respetar a una persona consiste en relacionarse con ella desde la asunción de que es una realidad ante la cual la única respuesta adecuada es el aprecio y, por tanto, no puede verse reducida a objeto, a algo que es posible manipular, invadir, controlar o dominar.
Cercanía y distancia en el coaching
Llegamos así a otro sentido importante del respeto en tanto que este exige del coach que mantenga una distancia adecuada en relación a su cliente. Se trata de encontrar una cercanía a distancia. Para entender mejor este punto, pensemos en un cuadro impresionista: si nos acercamos o alejamos de él en exceso, solo reconoceremos manchas; se requiere la distancia óptima para que las formas y los colores tomen sentido a los ojos de quien contempla el lienzo. De igual modo y aplicando esta idea a la relación coach-cliente, el coach no debe acercarse tanto que invada el espacio y el ritmo del cliente (lo cual puede incomodar a este) o que le haga perder la perspectiva necesaria para hacer coaching.
Presencia plean en el coaching
El coach tampoco puede alejarse tanto que ambos pierdan el contacto, de forma que el cliente se sienta solo o incomprendido y el coach pierda su presencia plena.
El respeto que el coach muestra al cliente en la relación de coaching barca todo el mundo personal de este. Ha de aplicarse al cliente mismo a su persona), al contenido (lo que cuenta el cliente) y al proceso (ritmo le aprendizaje, posibles rodeos o resistencias ante algún tema).
Esta actitud de respeto dentro del coaching puede concretarse en los siguientes elementos:
- El coach no hace ni emite juicios de valor sobre aspectos de la vida del cliente ni sobre sus objetivos o su ritmo de aprendizaje.
- El coach pide siempre permiso para entrar en temas delicados.
- El coach se deja llevar por el flujo de lo que se va desvelando respetando el ritmo del cliente.
Fuente: Coaching Dialógico. Editorial Lid. Susana Alonso, junto a otros expertos de la Universidad Francisco de Vitoria.